Revista literaria avant la lettre

El inspector Asensio y el asesinato del mono mayordomo del conde de Miraflores

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El inspector Asensio entró en el castillo, recién estucado de color verde menta, en el que se hallaba el conde de Miraflores, escuchando en su tocadiscos AV Designhaus Derenville VPM 2010 – 1 el álbum completo de Estopa ¿La calle es tuya?. En ese momento sonaba «Fuente de Energía», mientras se lamentaba por la muerte de su amado mono mayordomo. El conde se asustó al ver al inspector bajarse de un velociraptor hembra al que llamaba Fairy, porque era el lavavajillas preferido de su padrastro.

Esta misma mañana, como cada lunes alterno que coincide con la luna nueva, le había pedido al mono mayordomo una Coca-Cola con doble de coca y mitad de cola, pero al ver que no venía, se asustó y empezó a entonar el himno de Nepal a la pata coja, explicó el conde de Miraflores, mientras se contaba los dedos de la mano.

—¿Dónde solía dormir su mono mayordomo?— preguntó el inspector.

—Tenía muy mala vida, no paraba en casa, no lo he visto dormir nunca. Una vez creí verle dormir, pero estaba conduciendo un cortacésped— dijo el conde convencido.

—Tomo nota y anoto la posibilidad de que un lirio sediento de venganza lo matara. Analizaré la escena del crimen— sentenció el inspector.

El inspector examinó la habitación, estaba cubierta de heces de mono y de humano. Había algunos montones de excrementos que formaban la cara del propio conde de Miraflores, hasta el último detalle. No se podía saber si esos montones de cacas eran una muestra de amor o de odio hacia el conde, lo único cierto es que ese mono era el Picasso de la mierda.

En ese mismo momento pasó un ciervo rapeando la Ilíada de Homero, traducción de Luis Segala y Estratachela. Al inspector se le encendió una bombilla, que siempre lleva en el bolsillo derecho del pantalón de pana, al ver al ciervo recitar a los clásicos. 

—Ya sé quién ha asesinado a su mono mayordomo y estoy seguro de que ha sido usted, aunque no haya sido su intención. Ha muerto por un empacho de paparajotes.

¿Cómo descubrió el inspector Asensio quién asesinó al mono mayordomo del conde de Miraflores?

Al examinar la escena del crimen vio que el frigorífico estaba vacío y ni siquiera estaba enchufado. Enfriaba gracias a los cubitos que tenía pegados a la puerta. En su interior sólo se alojaba medio limón seco. Estaba claro que antes estaba todo el limonero ahí metido, las hojas se habían usado para preparar los paparajotes y los limones para lanzarlos al castillo, una tradición que se remonta a siglos atrás, de cuando los perros dominaban la Tierra Media. 

El mono desconocía que había que quitar la hoja del paparajote para comérselo, él sólo quería comer para generar más caca y poder hacer una estatua del conde de Miraflores a su imagen y semejanza.

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