Revista literaria avant la lettre

Análisis de las metáforas de la canción «Un velero llamado Libertad», de José Luis Perales

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Ayer se fue,
tomó sus cosas y se puso a navegar,

«Tomó sus cosas» puede interpretarse tanto como «hizo el equipaje» como «tomó sus pastillas», pudiendo ser estas drogas legales (ansiolíticos, antidepresivos, control del colesterol…) o drogas psicotrópicas ilegales, tal como defienden Fernando Savater (Ética en la obra de José Luis Perales, 1997) y Paul Preston (José Luis Perales: biografía revisada, 2003), lo que daría a la canción un significado más onírico y ligado a influencias de The Doors. Ambos descartan que se pusiera a navegar por internet ya que la canción se compuso en 1979, antes de la popularización de la World Wide Web.

una camisa, un pantalón vaquero,
y una canción.

Evidentemente, para que haga juego con la camisa y el pantalón vaquero, la canción debe de ser una canción country. Quizá una partitura o un cassette. El personaje de la canción se nos presenta como alguien que toma drogas (legales o ilegales) y que está relacionado de algún modo con el mundo de los cowboys, concluye Preston.

Dónde irá,
dónde irá.

José Luis Perales juega aquí astutamente con el punto de vista narrativo. No sabemos si se trata de una duda que plantea el narrador desde fuera para crear suspense o si es una duda que nos plantea el narrador desde dentro del protagonista, dando a entender que el hombre no sabe hacia dónde ir. Esto entroncaría muy bien con la idea del cowboy que deambula: «Una suerte de Lee Marvin [drogado] condenado a vagar por el mundo al haber nacido bajo una estrella errante» (Slavoj Zizek, Essays on freedom and singers from Cuenca, 1980).

Se despidió,

Nótese el continuo juego de saltos temporales: en la segunda estrofa el personaje «se puso a navegar» y ahora se despide. Algunos críticos (Gilles Deleuze y Félix Guattari, Structuralisme et féminisme après José Luis Perales, 1987) argumentan que este recurso es usado por Perales para acentuar la sensación de irrealidad típica de un viaje de LSD. En cambio Umberto Eco opina que la explicación es más prosaica: se despide por radio una vez ya está en alta mar. (Chi è lei? Dove si innamorò di te? È apocalittico o integrato?, 1999)

y decidió batirse en duelo con el mar,

Deleuze señaló que el mar simboliza a la madre y que, batirse en duelo con la madre, sería una boutade peralesca sobre el viejo tema filosófico de «matar al padre». Según Deleuze todas las canciones de Perales tratan sobre la idea de matar al padre y copular con su madre (la madre de Deleuze [cita requerida]).

y recorrer el mundo en su velero,
y navegar, nai na na, navegar.
Y se marchó,
y a su barco le llamó Libertad,

Este pasaje críptico fue interpretado de varias maneras en el polémico simposio de Semiótica de Bolonia de verano de 2003, que supuso el fin de la amistad entre Paul Preston y Savater, a causa de un sillazo en la cabeza. Afortunadamente las relaciones entre todos los demás no se vieron afectadas, pues llevaban varios años enemistados. En cualquier caso, la interpretación más coherente es la de Noam Chomsky: «El velero Libertad de Perales es obviamente la Sexta Flota de la Marina norteamericana, y es una crítica feroz a la política genocida de los Estados Unidos tras el 11‑S. Los Estados Unidos deben de ser arrasados, por pura higiene democrática» (The so called Western civilization according to spanish songwriter Jose Louis Perales, 2003). Si omitimos el detalle de que Chomsky parece ignorar que la canción se compuso mucho antes de los ataques del 11‑S, su interpretación es totalmente válida.

y en el cielo descubrió gaviotas,

Deleuze vuelve a insistir en que las aves simbolizan el deseo de copular con su madre, a lo que Zizek replica que «solo el padre de Gilles Deleuze querría copular con la madre de Gilles Deleuze. Ese tipo era un cretino ególatra». Fernando Savater, por su parte, cree que Perales está ante la sede del Partido Popular de la calle Génova de Madrid, rompiendo su carnet de militante y afiliándose a UPyD, y añade, un tanto gratuitamente, que Zizek, Deleuze, Chomsky y Eco son «ballenas trasnochadas».

y pintó, estelas en el mar.
Y se marchó,
y a su barco le llamó Libertad,
y en el cielo descubrió gaviotas,
y pintó, estelas en el mar.
Su corazón,
buscó una forma diferente de vivir,
pero las olas le gritaron: vete,
con los demás, nai na na, con los demás.
Y se durmió,
y la noche le gritó: ¿dónde vas?,
y en sus sueños dibujó gaviotas,
y pensó, hoy debo regresar.
Y regresó,
y una voz le preguntó: ¿cómo estás?
y al mirarla descubrió,
unos ojos, nai na na, azules como el mar.
Y se marchó,
y a su barco le llamó Libertad,
y en el cielo descubrió gaviotas,
y pintó, estelas en el mar.
Y se marchó,
y a su barco le llamó Libertad,
y en el cielo descubrió gaviotas,
y pintó, estelas en el mar.

La última parte de la canción parece no contener ninguna metáfora, ya que los estudiosos citados pierden todo el interés por la canción y dedican el resto de sus obras a intercambiar descalificaciones personales, insultos e injurias. Sirva como ejemplo la última frase del libro de Umberto Eco: «Deleuze tiene suerte de estar muerto, porque, si no, iba y le pegaba dos hostias. El resto, venid a Italia y llamadme ‘gordo decrépito’ a la cara, si tenéis cojones».

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